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Los pasos que faltan para que Ituango sea la central hidroeléctrica más grande de Colombia

La obra tiene un avance de 92%, ha superado momentos críticos desde la contingencia de 2018, y espera operar otras dos turbinas antes del próximo 30 de noviembre. Aquí le contamos qué sigue y cuáles son los tiempos tentativos para que opere al máximo de su capacidad.




Si hubiera que utilizar una metáfora para describir el estado actual de la central hidroeléctrica Ituango podría decirse que es un bebé que ya camina, pero al que todavía le falta correr. Y correr bien toma tiempo, cuidado y un buen plan de entrenamiento.


Si hablamos de dimensiones y capacidad de generar energía, y seguimos con la metáfora, no es cualquier bebé. Hoy Hidroituango tiene capacidad para generar 600 megavatios con dos de sus ocho turbinas en funcionamiento. Eso es suficiente para proveerle energía a dos ciudades intermedias como Armenia e Ibagué. Cuando entre a operar completa será el proyecto hidroeléctrico más grande de Colombia y duplicará a El Guavio, que hasta ahora tiene el récord.


Otro dato sirve para ilustrar la dimensión de la hidroeléctrica: cada turbina que entre en operación (300 megavatios) es capaz de generar la misma energía que toda la central de La Tasajera, en Barbosa.


Pero vamos por pasos. William Giraldo, vicepresidente de Proyectos de generación de energía de EPM, explica que a octubre de 2023 la central hidroeléctrica avanza al 92 % de construcción y aún enfrenta retos y riesgos que invitan a la prudencia.


“No se nos puede olvidar que esto es un proyecto de unas dimensiones descomunales y que cuando ocurrió la contingencia en 2018 estaba al 82 % y cayó hasta el 72 %. Hoy es un proyecto diametralmente opuesto al de ese entonces. Hemos avanzado 20 % en estos seis años y que empezara a operar fue un hito grande, pero que en su momento estuviera fuera de control implica asumir unos riesgos, valorarlos y resolverlos para salir adelante”, dice Giraldo.

Ese 8 % que falta, explica Giraldo, está enfocado en gran parte en la casa de máquinas con un 4 % de obra civil y otro 4 % que corresponde al montaje de los equipos electromecánicos que permitirán la entrada en operación de las cuatro unidades de generación restantes.


Lo urgente y lo importante


Hoy por hoy los trabajos y las proyecciones en Hidroituango transcurren con dos perspectivas de tiempo diferentes: por un lado, los trabajos para que las unidades de generación 3 y 4 entren a operar antes del próximo 30 de noviembre, para honrar el compromiso con la CREG y evitar millonarias multas. Por otro, la perspectiva de futuro de los próximos años para que el proyecto pueda completarse y operar al máximo de su capacidad.


Sobre lo urgente, EPM comunicó que a finales de septiembre logró avanzar en otro hito constructivo: demoler, con la ayuda de trabajos subacuáticos de alta ingeniería, el tapón de concreto de la conducción tres en Hidroituango que se había instalado durante la contingencia.

“La importancia de finalizar este trabajo es que permitirá en próximos días realizar el llenado de la conducción con agua desde el embalse hasta el conjunto generador. Finalizadas estas actividades se dará inicio a las pruebas que se requieren previo a la generación de energía de esta unidad”, explicó la empresa.

Un procedimiento similar debe realizarse con la conducción 4 como parte de lo que falta para que, antes del 30 de noviembre, Hidroituango duplique —de 600 a 1.200 megavatios— su capacidad de generar energía. Estos trabajos, según explica el ingeniero William Giraldo, permitirían concentrarse en las pruebas de temperatura, sincronización y vibración para garantizar que el caudal del río pueda pasar por las turbinas nuevas y generar energía.


Y esos pasos para que la central poco a poco vaya entrando en completo funcionamiento son la mejor garantía para garantizar su estabilidad y seguridad. “Un proyecto de estos está hecho para que el agua pase por las turbinas, no para que el vertedero trabaje indefinidamente. La realidad es que poner a circular el agua por las unidades de generación es la mayor seguridad que pueden tener las comunidades aguas abajo”, comenta Giraldo.





Lo otro que falta


Si todo sale bien y las unidades 3 y 4 entran en operación antes de finalizar el año será otro hito más para Hidroituango, pero todavía faltará un trecho largo para que el proyecto opere al máximo de su capacidad instalada.


Según los cálculos de Giraldo, teniendo en cuenta los datos y el tipo de trabajos que se adelantan, la quinta unidad entraría en operación en 2026 y las tres restantes en 2027. Además, explica por qué es clave que se complete la capacidad instalada:


“Hay razones técnicas y financieras. Desde que se concibe un proyecto como estos se calcula qué tanta cantidad de agua hay en el río y con base en eso se construye el embalse. Luego se diseña y se construye la capacidad de las máquinas. Un proyecto de estas dimensiones no entra al sistema eléctrico porque a EPM se le ocurrió, entra porque el país necesita de esa oferta de energía”.

Esas obras que faltan para llegar al 100 % aún no se adjudican y tienen otro factor adicional que es el inminente cambio de contratista. Del éxito de ese proceso depende que Hidroituango pueda llegar, más temprano que tarde, a la cifra que tanto se ha repetido de generar el 17 % de la energía de Colombia.


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